Redacción
A nivel internacional, México ocupa el puesto 47 de 70 países en cuanto a desempleo se refiere, esto se demuestra con las cifras recién publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dónde en el último trimestre del año se identificó que el desempleo afecta a más de 2 millones de personas en edad productiva, de acuerdo con los resultados de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOEN).
A pesar de que con la reciente legislación se busca hacer frente a que la edad no sea un impedimento para encontrar un trabajo en México y que luego de la pandemia por covid 19 la tasa de ocupación y empleo ha ido en aumento, las cifras del último trimestre del año presentadas por el INEGI muestran que de julio a septiembre el 64% del total de los desempleados son personas entre los 25 y 64 años.
Y es que actualmente el 90% de las ofertas laborales en el país excluyen a las personas a partir de los 35 años de edad2, situación que actualmente impacta significativamente a la población sobre todo aquellos mayores de 50 años quienes no sólo se enfrentan a una discriminación laboral por la edad sino a muchos otros prejuicios como el hecho de la plenitud de su salud física o mental, así como estereotipos enfocados a que son menos capaces o productivos, pese a la experiencia y habilidades que presentan.
No tener oportunidades laborales representa un problema no sólo a nivel económico en dónde el 67% de los ingresos de los hogares provienen de un empleo sino también pueden derivar en problemas de salud, al generar ansiedad, estrés, desequilibrio emocional y otros síntomas que podrían incluso llevar al suicidio.
En México se deben generar acciones urgentes para resolver el problema del desempleo tales como:
- Generar vacantes constantemente que permitan un desarrollo personal y profesional óptimo.
- Contar con mecanismos que ayuden a identificar las habilidades y experiencias de los aplicantes que sumen a la sociedad como a las empresas.
- Hacer énfasis en la salud del sector productivo que permita un balance con la vida personal y profesional, así como generar una mejor calidad de vida
- Contar con políticas internas de recursos humanos en el cual no se discrimine por la edad,género, raza, idioma, etc.
- Proveer a las organizaciones como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, de instrumentos para vigilar el cumplimiento de las nuevas leyes y reformas en el ámbito laboral.
En este contexto aunado al de la crisis económica y la creciente inflación, es necesario no sólo establecer o modificar reformas como se hizo recientemente en la fracción III del apartado A del artículo 123 de la Constitución que busca eliminar el límite de edad en las vacantes laborales sino también que las empresas y organizaciones tomen conciencia del valor de la experiencia y habilidades de los diferentes grupos de edades de las personas productivas del país, sobre todo a los más afectados que se encuentran en edades avanzadas como las personas de 50 años.