. Pemex adeuda millonaria cifra a proveedores
. La crisis petrolera que enfrenta México es un llamado a la acción para acelerar la transición hacia energías renovables.
La crisis petrolera que enfrenta México se ha intensificado debido a la disminución en la producción de crudo, la caída de ingresos y la creciente deuda de Pemex. Durante el ejercicio 2024, la producción de la empresa estatal cayó a 1.48 millones de barriles diarios, una de las reducciones más significativas en los últimos 40 años, señaló Miguel Ángel Ruvalcaba Molina, experto en materia económica y financiera.
Añadió que adicionalmente, Pemex enfrenta una deuda acumulada de aproximadamente 7 mil millones de dólares en pagos atrasados a sus proveedores, situación que lo hace más vulnerable financieramente.
Asimismo destacó que las regiones petroleras Marina y Sur han registrado descensos recurrentes en su producción, mientras que la zona norte ha mostrado un ligero incremento. Sin embargo, dijo, estos esfuerzos han sido insuficientes para revertir la situación financiera de la paraestatal.
A pesar de los intentos de rescate implementados durante el sexenio del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, la crisis persiste. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum ha informado sobre una inyección de recursos superior a un billón de pesos para fortalecer a Pemex y garantizar su operatividad.
A medida que la dependencia del petróleo se vuelve más riesgosa, el país ha decidido apostar por una transición energética enfocada en energías renovables, por lo que en este año, se espera que el 45% de la electricidad generada en México provenga de fuentes limpias, lo cual considera un objetivo ambicioso que requiere un cambio estructural en el sector energético.
Es importante destacar que la adopción de energías renovables no solo depende del gobierno, sino también de la participación activa del sector privado y que la tendencia mundial está orientada hacia una mayor implementación de paneles solares, parques eólicos y tecnologías sustentables. En este sentido, las empresas deben adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades de inversión en energías limpias.
Entre los principales objetivos de esta transición destacan:
• Disminuir la dependencia de combustibles fósiles y diversificar la matriz energética.
• Reducir las emisiones de carbono, contribuyendo al cumplimiento de compromisos ambientales.
• Generar empleos verdes, impulsando nuevas oportunidades laborales en el sector de energías limpias.
• Electrificar comunidades sin acceso a la red eléctrica, promoviendo un desarrollo energético inclusivo.
Si bien Pemex sigue siendo una pieza clave en la economía nacional, el futuro energético del país dependerá de la capacidad del gobierno y el sector privado para adaptarse a las nuevas tendencias globales. La transición energética representa no solo un reto, sino también una gran oportunidad para posicionar a México como un líder en energías renovables en América Latina.