Por Juan Carlos Hernández.
La felicidad no es permanente, es pasajera, quizá un suspiro. Tiempos buenos vendrán o no, eso depende de la actitud en que lo veamos, lo asimilemos y lo queramos, cada uno en su sano juicio y con buena cara ha de tomar lo que a la razón le convenga este año que estrenamos, como siempre con la llamada “cuesta de enero” a ver si no se va más allá del primer mes de año, vaya usted a saber.
Y es que, amable lector, no sabemos a plenitud como sea el comportamiento macroeconómico en el planeta tierra este 2022, pues ahora cada noticia que recibimos viene cargada de cierta incertidumbre en la vorágine de datos, de información, a veces no comprendida por cualquier ciudadano de a pie, que invariablemente necesita de traducción y deducción de otros, para hacer un discernimiento de tal y cual tema nuevo que tiene enfrente. Pero que no comprende, pues no todos sabemos todo, imposible.
Ante tal escenario, el económico, también necesariamente tenemos que tomar en consideración, los demás: el político, el social, de salud, de educación, de crecimiento personal, el aspiracional, y agréguele otros tantos más, como usted desee, esos que se trazó como metas u objetivos el pasado día 31 de diciembre usted con su familia. No desista de ellos. La felicidad no está siempre en lo que poseemos, sino en los logros que alcanzamos, cada uno en sus propias virtudes y oficios.
Lo deseable, entonces es elevar nuestro nivel de conciencia en el trato hacia los demás, pues es ley de vida: recibiremos lo que damos, cosecharemos lo que sembremos. No alejarnos de la esencia del amor, enfocarnos en el presente año en lo que realmente necesitamos, debe ser el motor que nos mueva a ser realidad esos propósitos de año nuevo.
Para encontrar la felicidad quizá podrán servir estos prácticos consejos: Contar con el objetivo bien definido y en mente siempre, buscar inspiración constante en personas, libros, documentales, familia, amigos, apegarse a la realidad posible y asequible, ser creativo en todo y así salir de lo ordinario, ser perseverante de principio a fin, es decir nada a medias si inicia cualquier propósito termínelo, si fracasa vuelva a empezar y conclúyalo.
Tener valor en todo y para todo y claro obrar con prudencia en ello, muy importante soltar para evolucionar, no se aferre a un despropósito sea humilde y mida sus límites; genere momentos de silencio de introspección para que mida sus acciones y corrija sus errores propios del desempeño dese un tiempo.
Revise su talento, su esfuerzo y vea los cambios que usted mismo ha generado, disfrute y reconózcase, felicítese, siéntase orgulloso de lo que a ese momento ha logrado cambiar, avanzar, hacer. Y finalmente agregue a su entorno en lo que hace, a las personas, a la familia y sus amigos, eso provocará que contagie, que sea ejemplo usted para los demás y entonces será feliz. No más. El presente es suyo, y lo que haga ahora, con toda seguridad de eso vivirá después. Usted decide cómo desea iniciar, avanzar y concluir el presente año 2022, sea la diferencia. Usted puede. Y no olvide: la responsabilidad va de la mano con la libertad. Genere vínculos de comunicación y conéctese con todo mundo. Feliz año 2022. ¡Hágale pues!.
*El autor es Maestro en Gestión Social y Políticas Públicas.