La diabetes y la prediabetes han sido una preocupación creciente en las últimas décadas en el sector salud a nivel global. Aunque tradicionalmente estos padecimientos se asociaban más con adultos, estas condiciones están teniendo presencia importante entre los adolescentes de 10 a 19 años.

Tanto la diabetes tipo 2 como la prediabetes son trastornos metabólicos que afectan el control de la glucosa en sangre. En la diabetes, el cuerpo no produce suficiente insulina, lo que resulta en niveles altos de azúcar en sangre. Por otro lado, la prediabetes implica niveles de glucosa más altos de lo normal, pero aún no lo suficientemente elevados para un diagnóstico de diabetes, pero si se trata con cambios en estilo de vida y farmacológicos, la prediabetes podría revertirse e impedir que se llegue a la diabetes.

Según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición edición 2022 (ENSANUT 2022) aproximadamente el 18.3% de la población mexicana sufre de diabetes. En el mismo contexto, la prevalencia de este padecimiento estima que para el año 2025 en México al menos millón y medio de adolescentes presentarán Glucosa Alterada en Ayunas (GAA) indicador de alto riesgo para desarrollar prediabetes, mientras que 160 mil presentarán Diabetes Mellitus tipo 2 (DM2)

La prevalencia de dichos diagnósticos entre adolescentes es menos conocida y a menudo subestimada, dado que pueden desarrollarse sin síntomas evidentes en las etapas tempranas. Esta población puede vivir con estas condiciones sin saberlo, lo que los expone a un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares, daño renal, problemas de visión y neuropatía.

El silencioso aumento de casos en adolescentes con esta enfermedad ha mostrado hallazgos importantes: “A pesar de que la diabetes está influenciada por diversos factores ambientales, sociales, culturales y genéticos, investigaciones recientes en México han destacado un aumento significativo de casos sin antecedentes familiares con diabetes, sin obesidad o sobrepeso. Esto subraya la importancia de los hábitos alimenticios y el sedentarismo como causas relevantes de la enfermedad”, señaló la Dra. Ana Lilia Rodríguez, Endocrinóloga Pediatra.

La prevención, tratamiento y control de la diabetes mellitus tipo 2, en niños y jóvenes establece que pueden llevarse a cabo estudios si se presentan factores de riesgo como: sobrepeso, se cuenta con antecedentes familiares de diabetes tipo 2 en el primer o segundo grado familiar, por su raza-etnia, o bien, cuenta con signos y condiciones de resistencia a la insulina (acantosis nigricans, hipertensión arterial, dislipidemia, o síndrome de ovario poliquístico).

La progresión gradual de la diabetes y prediabetes en adolescentes también involucra factores como la falta de conciencia sobre su detección. Esta ausencia de síntomas notables subraya la importancia de la detección temprana, motivando a la población a considerar la medición de la glucosa en sangre sin importar la edad e identificación de posibles factores de riesgo.

“Es fundamental implementar acciones que promuevan entornos alimentarios y de actividad física saludables en escuelas y comunidades. Además, se necesita una mayor conciencia pública sobre los riesgos de la diabetes y la prediabetes entre los adolescentes, junto con un acceso mejorado a la atención médica y la detección temprana,” agregó la Dra. Ana Lilia Rodríguez, Endocrinóloga Pediatra.