Por Juan Carlos Hernández A.

Dentro de las etapas de la organización del proceso federal electoral, hoy en marcha por todo el país, se tiene programada la confrontación de ideas de manera civilizada y para que sean escuchadas por el receptor más importante como lo es el elector.

Estamos inmersos en el proceso electoral más grande la historia de México, y ya el 1 de marzo inician oficialmente las campañas políticas para mostrar propuestas de las y los candidatos inherentes a las políticas públicas que se relacionan directamente con la ciudadanía; ahí correrán discursos unos y otros con el afán de convencer a un electorado cada vez más politizado, más enterado, informado e interesado en el acontecer del dia a día en su entorno político y electoral.

La ya esperada elección del próximo 2 de junio causa muchas aristas de comunicación política en actores y la sociedad misma, es ahí donde por obligación legal y constitucional la autoridad electoral propone debates de las y los candidatos a la presidencia de la república, y en su oportunidad también al Senado, y no se descarta igual a diputados federal en algunas entidades, esto último a petición de parte, pues son muy útiles para visualizar el nivel de propuesta y de discurso de las y los candidatos que estarán ante el escrutinio de la opinión pública.

El primer debate se llevará a cabo el 7 de abril y por primera vez se realizará en las instalaciones del INE en un formato que se identifica como “A” que tiene la particularidad de tener preguntas que se recibirán de redes sociales y plataformas digitales de la ciudadanía que a partir de los 13 años en adelante en que se podrán hacer cuestionamientos a las personas candidatas y candidatos que para tal efecto se estarán recibiendo las preguntas del 20 de febrero al 21 de marzo.

En el caso de estas preguntas, se aprobó por el INE una metodología por unanimidad de votos y esta sistemática será la que tendrá que aplicar la institución seleccionada para que, de todas las preguntas que lleguen seleccionar, 108 con base en distintos criterios, por ejemplo, frecuencia del tema, criterio para que sean aleatorias, además un tema de revisión para que no haya preguntas dirigidas a alguna candidatura en particular, por ello tienen que ser genéricas, que no estén escritas con ofensas, con discursos de odio, con discriminación, es decir, se hace primero una depuración de todas estas preguntas y después ya se van estableciendo por zonas.

Lo que se espera por supuesto es un debate de altura, con buena actitud y capacidad de entablar una discusión con argumento y conocimiento solido de parte de los participantes, con claras propuestas de políticas públicas inherentes a la ciudadanía. No esperamos un espectáculo mediático, ni menos un sainete, no es lo deseable. De la bonanza de ideas realizables que se digan ahí,  será la recepción del elector para definir su intención de voto, cabe señalar que no será en un solo debate como se logre convencer y enseñar propuestas por ello se tienen programados un segundo debate el 28 de abril, un tercero el19 de mayo.

Con esta aprobación de 3 debates, el Instituto Nacional Electoral garantiza a la ciudadanía la posibilidad de conocer de primera mano los diagnósticos, las propuestas, los tiempos, las cualidades y habilidades políticas e intelectuales de las candidatas y candidatos en su caso, ante los grandes desafíos del país, pues la importancia de los debates tiene como objetivo asegurar el ejercicio libre e informado de los derechos políticos y electorales de la ciudadanía es decir, un voto  pensado es más responsable y los debates seguro harán la diferencia.