Por Juan Carlos Hernández

Como usted sabe, amable lector, estamos en hoy día inmersos en un proceso electoral, el más grande de la historia del país y con mucho quizá el más complejo en todas las aristas.

Aunque a nivel estatal ya cesaron las precampañas y al concerniente federal será el próximo 18 de enero.

Un proceso interesante en que escucharemos propuestas de una y mil formas, temáticas, colores y sabores como si fuese un menú que será servido al mejor escucha y será reflejado en la decisión de en su oportunidad acudir a votar, por el y la mejor postor.

Una elección por demás esperada en que se verán y escucharán discursos alusivos a demostrar que todo se sabe y todo se puede, ello es propio de esta temporada en que todo tiene solución en la menos en el discurso propagandista.

Sin embargo, tenemos una ciudadanía cada vez más avida de mejores deseos de conocer las más económicas -y no discusiones ni discursos largos y tediosos- propuestas de candidatos frescos, asertivos, inteligentes, propositivos, reales y tangibles en todo aspecto.

La política es un extraordinario medio para hacerse notar, si eso así, pues queda solo hacerlo bien. No divagar en el mundo de las ideas huecas. Sino armar un sabio discurso que logré objetivos claros y alcanzables.

Campañas electorales con deseos de convencer y persuadir las habrá, por ello veremos a los mejores instructores y conocedores del arte y mercadotecnia política. Eso esperamos. El México de hoy es cada vez más politizado y eso es buen mensaje pues la verdad sea dicha hay más interés y más información sobre las actividades de la comunicación política por todos los medios y plataformas hoy día que antes, ello implica un mayor conocimiento y valor de los contenidos que se proponen dar a conocer quienes instrumentan acciones de campaña.

No es cosa menor pues estamos hablando de la renovación de congresos de los estados, centenas de municipios, 9  gubernaturas, senadores diputados federales y presidencia de la república, además de miles de regidurías, entre otras, que dan más de 20 mil cargos a elegir, y que en su mayoría todos ellos enarbolaran su bandera de partidos políticos con su consabida campaña de propaganda para mostrar “musculo”, esperemos también buenas propuestas, ideas y soluciones a los problemas que aquejan al país entero. Esperemos que así sea.

Sea como sea, y como vaya ser usted ocúpese de escuchar, ver y analizar lo que le pongan en frente y así poco a poco determinar según su propia conciencia y convicción quien será la o el mejor candidato que le convenga según sus propios intereses. Estemos atentos los esfuerzos de la promoción y valoremos perfiles, ideas y ofrecimientos reales y alcanzables. No está por demás aplicar la rigurosa observancia al comportamiento de quienes desean gobernar este país a lo largo y ancho y en sus tres niveles. Usted observe y decida. ¡Hágale pues!